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miércoles, 12 de junio de 2013

ORTOREXIA: OBSESIÓN POR COMER SANO



La enfermedad de moda en Estados Unidos se llama ortorexia, que no es más que un trastorno alimenticio (al igual que anorexia y bulimia) en el que hay obsesión por comer sólo alimentos sanos. Aunque parezca paradójico, esta manía puede rozar el peligro si excede los límites de la cordura.
Desde hoy puede agregar a su diccionario personalizado el término "ortoréxico", y con él puede usted identificar a quienes de manera obsesiva tienen la emergente necesidad de alimentarse únicamente con comida sana, y si no es así prefieren no hacerlo. Definitivamente deciden pasar hambre a comer alimentos "impuros", como grasas o carne en cuyo proceso hayan intervenido pesticidas o herbicidas o cualquier otra sustancia artificial que pudiera afectar su organismo.
El prejuicio lleva a quienes padecen este trastorno a dejar de acudir a restaurantes e incluso a casas de familiares y amigos por miedo a lo que les ofrezcan de comer. Cuando trascienden un nivel como éste, el sentimiento de culpabilidad lleva a dietas más estrictas e incluso al ayuno.
Así, la ortorexia no pareciera significar un problema, pero sí lo es cuando la persona no hace lo posible por sustituir los alimentos que rechaza por otros que le aporten los mismos complementos nutricionales. Entonces, las fuertes restricciones que se impone produce carencias de vitaminas, minerales y proteínas, hecho por el cual empiezan a padecer hipotensión (presión arterial baja) y osteoporosis, entre otros padecimientos.
¿Nuevo trastorno alimenticio?
Ortorexia deriva de la palabra griega orthos, que significa justo. Pero es hasta hace unos años que médicos e investigadores contemplaron la posibilidad de considerar este problema como trastorno relacionado con la alimentación, como lo hicieron no hace mucho con anorexia y bulimia. No obstante, los signos y síntomas característicos de éstos últimos padecimientos se refieren a la cantidad de comida que se ingiere, en tanto que en la ortorexia se pone más atención a la calidad de los alimentos.
Quienes se ven más afectadas son mujeres jóvenes, influenciadas por declaraciones de actrices o modelos famosas que pregonan su defensa por lo natural, o por ciertos medios de información que irresponsablemente difunden datos que llaman la atención sin profundizar en los problemas a la salud. Ejemplo de ello es la ola de noticias que en Europa se publicaron en torno al tema de las "vacas locas" o los alimentos transgénicos, que al parecer dieron pie a extremar los cuidados en lo que se come.
Los investigadores en el asunto indican que las justificaciones utilizadas por los ortorexicos para adoptar este tipo de alimentación suelen ir desde posturas ideológicas o religiosas hasta creencias irracionales, propias o provenientes de voceros con poco fundamento científico.
La comida que se permite debe ser orgánica, sin conservadores ni colorantes, como vegetales o frutas, que deben comerse crudos; se dejan fuera grasas y carnes. También son parte del ritual obsesivo la forma de preparación -verduras cortadas de determinada manera- y los materiales utilizados -sólo cerámica o madera, por ejemplo-. Como se puede ver, los ortoréxicos suelen pagar precios altísimos por seguir estas normas.
Debe quedar claro que no entran en la categoría de enfermos de ortorexia quienes siguen dietas vegetarianas o macrobióticas (cuya intención es, sobre todo, evitar comer carne y sus derivados). Para ser considerada un problema, la actitud ante la comida debe implicar un efecto nocivo sobre la vida; lo que sucede en el caso que hemos tratado es que se torna en problema cuando el obseso prefiere quedarse con hambre antes que comer algo que no cumple con sus expectativas en cuanto a calidad, cuando pasa día y noche planificando la dieta, evita a quienes comen de manera diferente o tiene discusiones acerca de lo que es o no conveniente comer.
Nuestra información no pretende influir en su juicio sobre lo que debe comer, simplemente se trata de mostrar la realidad de una situación que empieza a tener gran número de seguidores en algo que puede poner en riesgo la vida; usted tiene la última palabra.

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